sábado, 22 de mayo de 2021

Dos años y sigues presente en mi 💓


Ya han pasado dos años desde que cumpliste tu misión mi Roxy, y en esos dos años han sucedido grandes cambios en mi vida, para iniciar, ya no me encuentro viviendo en mi ciudad natal, ahora estoy en otro país buscando un nuevo rumbo, un nuevo ser para así encontrarme conmigo y lograr aquellos objetivos que lamentablemente no pude lograr en mi país, a veces me cuestiono en sí fue la mejor decisión, y realmente pienso que si, que los caminos de Dios son perfectos y que por algo él me puso acá y aunque no ha sido fácil, no me doy por vencida, porque tengo el mayor motor para salir adelante y es mi capacidad y tenacidad, porque irse de la zona de confort es un paso grande y no me quedará pequeño este cambio, sino al contrario, es uno de los tantos propósitos que tendré a lo largo de mi vida.

Cuando pienso en las decisiones de la vida, en el destino y en los designios de Dios, no puedo evitar recordar aquel 22 de mayo de 2019, ese día en que decidiste irte físicamente, pero rodeada de todo el amor que te puedas imaginar y creo que eso lo sabías, porque el cariño y los mimos jamás te faltaron, eras la alegría de mi hogar, de mi familia y sobre todo, eras mi compañera, mi amiga, mi TODO. No fue fácil decirte adiós y creo que aún me duele recordarlo, pero agradezco infinitamente a nuestro creador que fue así, que pude despedirte, que pude darte el último beso y esa última caricia que marcó mi vida, porque ese día supe que una parte de mí se fue, pero también nació, y todo gracias a ti.


Ahora estoy respirando un nuevo aire, viviendo nuevas experiencias, conociendo nuevos lugares y convirtiéndolos en míos, haciéndolos parte de mi vida, pero confío en que estás a mi lado aunque no te vea, sigues acompañándome en este nuevo comienzo y quizás para muchos sonará algo tonto y hasta cursi, pero no me importa, este sentimiento no cambiará, porque el amor que te tuve y te tengo nunca acabará y sabes, a veces imagino como te hubieses sentido en mi nueva casa, si quizás te hubiese gustado el lugar donde vivo, si te hubieses acostumbrado a este espacio o si extrañarías nuestra casa en Venezuela.

Estas líneas estás plasmadas acá para recordarte de manera especial, para tenerte presente y sobre todo, porque me encanta escribir y más sobre ti, porque fuiste una parte importante en mi vida, porque eres uno de los recuerdos más hermosos que tengo y porque el día que decida tener otra mascota sea algo único y especial, así como lo fue tenerte a ti, porque yo sé que eso te haría feliz, el verme con otra peluda, dándole ese cariño y amor que sabes que puedo dar, y desde tu nubecita nos verás y sabrás que la encontré, que encontré esa compañía nuevamente, esa compañera ideal que nunca será igual a ti, pero yo no busco eso, porque cada ser tiene su esencia, su propia luz, su propio amor.

Solo me queda decir GRACIAS por todo lo que diste, por las enseñanzas y el amor verdadero... Te amaré eternamente💗.



jueves, 2 de julio de 2020

Hay una nueva estrella en el cielo💫... ZAAR💗



Nunca pensé que unas de las líneas más difíciles que fuese a redactar en este blog se tratara de ti, he estado acostumbrada a escribir de todo, pues es algo que me apasiona y sobre todo cuando se escribe con el corazón y por ello he decidido hacerte este pequeño homenaje y reconocimiento a ti, mi ser de luz, mi ser maravilloso, que desde que tengo uso de razón has sido extravagante, espontáneo, sincero, humilde y sobre todo de un CORAZÓN DE ORO, y sabes algo, siempre marcaste la diferencia, pero una diferencia bonita, que demostraba a simple vista que serías grande, tan grande que brillarías con luz propia, una luz que iba a iluminar todo a tu alrededor con tu presencia.

Desde el día que llegaste a este mundo, siempre tuviste algo especial, algo que indiscutiblemente iba a marcar tu vida, recuerdo que desde pequeño te inclinaste por el baile, admiraste la coquetería y galantería que había en tus tías, tíos, primas y primos más grandes y tomaste de ejemplo todo eso para dirigir tu vida; un talento único tuviste, una fascinación estupenda por las artes, el estilismo, la danza y todo aquello que involucrara los escenarios, pues ese era tu sueño, demostrar tu pasión tu entrega y sobre todo, plasmar en cada persona, lo mejor de ti, tu manera tan propia de ver la belleza, porque eso era, demostrabas al exterior el interior de las personas a través de tus manos, esas manos tan perfectas que hacían que solo tú pudieras convertir a cualquier persona en una OBRA DE ARTE.

Tenías una delicadeza estupenda, una forma tan peculiar de notar lo que otros a simple vista no veían, por ello fuiste tan esencial para muchos, por eso muchos te buscaban, porque sabían que todo tu arte lo hacías con amor, ese amor por defender lo que eras, por ser sublime, por representar tus orígenes, tu tierra, porque jamás ocultaste tus raíces, y eso es algo que diosito vio en ti, vio que eras alguien especial, pues como no verlo, eres su hijo, y quizás por eso él decidió que un día como hoy deberías estar a su lado y convertirte en un ángel bello que desde arriba ibas a asegurar que cada uno siguiéramos brillando, pero no desde tus manos, sino con nuestra propia luz...

Que difícil ha sido despedirte y decirte adiós, que difícil es saber que ahora solo te veré en mis sueños, que difícil será aceptar para todos los que te queremos no escuchar más nunca tu voz, ni leer tus textos ni deleitarnos con tus creaciones... La vida merecía tenerte un poco más, pero quien soy para juzgar los designios de Dios, porque sé que aunque no te pueda ver, tu energía siempre estará conmigo y con cada uno de nosotros... Siempre serás mi primo bello, mi niño único y especial, mi muñequito, mi Ken, el BEBÉ de la familia... 

Acá estarás, muy dentro de mi corazón, sin culpas, ni lamentos y mucho menos reproches, lo vivido está presente en mis recuerdos, en las anécdotas que contemos de ti y en cada fotografía tuya... Nunca te olvidaré Zady...

Eras la última letra en el abecedario, pero ahora serás el primero al lado de Dios...



domingo, 9 de junio de 2019

Esta es la despedida para mi peluda...

Esta será mi despedida
para un ser que no tuvo 
que decirme nada 
para demostrarme su cariño, 
pues con su mirada 
me hizo comprender que 
cuando se AMA de verdad 
no se necesitan PALABRAS.
Llegó a mi vida en el
mejor momento, era tan chiquita
que fue imposible no devolverle
ese amor que me tenía y aunque
pasaban los años, para mí siempre
fue mi niña. Así era mi Roxy,
una peluda inteligente, juguetona,
curiosa, fiel y amorosa que siempre
buscaba la manera de acompañarme,
cuando llegaba a casa, allí estaba ella
para recibirme y alegrarme el día con
una movida de cola y una lamida.
Para mí fue única y especial, era 
la perrita más hermosa del mundo
era mi chiquita, era solo mía.
Ahora que no está, no niego que me entristece,
pero sé que donde se encuentra está mejor,
jugando con otros peludos con alas, siendo
cachorra otra vez y dándole mucho cariño 
y amor a mi abuela, mis primos y demás parientes que
tengo en el cielo y por supuesto a diosito.
Roxy me dio la mayor felicidad y con eso me quedo,
con tus recuerdos que siempre mantendré
vivos en mi mente y mi corazón.
Quizás pocos entiendan, pero los que han amado 
a un peludo de verdad, saben exactamente de lo que 
hablo, ellos llegan a nuestras vidas y la marcan de una 
manera que cuando no están físicamente es algo que duele 
y uno no lo supera, sino que aprende a vivir con ello.
Yo sé que ahora me acompaña espiritualmente y que
cuando un recuerdo suyo venga a mi mente sonreiré.
¿Qué pasaría si tengo otra mascota?, 
esa sería muy querida y especial, pero
como mi Roxy JAMÁS, para mí es irreemplazable. 
Hay una leyenda que dice:
"Cuando un humano acoge y protege a un 
animal hasta su muerte, un rayo de luz 
guía tu vida para SIEMPRE".
Roxy ahora es mi "Rayito de luz peludo". 
Sé que la veré nuevamente cuando sea mi momento, 
solo le pido a Dios que ella me espere en el 
puente para reencontrarnos 
y cruzar juntas el arcoíris :)

Serás mi rayito de luz peludo que me acompañará por SIEMPRE... (PARTE FINAL)

Como mencioné anteriormente, Roxy tuvo que alimentarse con una perrarina especial desde que tenía unos 4 años de edad aproximadamente, todo esto debido a su problema hepático, tanto mi mamá como mi papá y yo tuvimos que cooperar con su comida, recuerdo que buscábamos por todas las páginas de Internet, lugares exclusivos de venta de alimento y pare usted de contar, todo con la intención de darle a mi peluda lo mejor, para así evitar que tuviese problemas de salud más serios. Fueron muchos años de ahorro familiar únicamente para su perrarina (croquetas) de cordero, hasta que llegó a la edad de 12 años, donde la situación económica se vio afectada, más que todo por lo que sucedía en mi país Venezuela desde hace un tiempo atrás, esto no solo afectó el bolsillo, sino también la importación de este alimento, ya que era del exterior y por consiguiente su precio se elevó por lo que desistimos de comprarlo y buscamos una alternativa más factible.

Hablamos con el veterinario que atendía a Roxy y nos comentó que no solo éramos nosotros que habíamos decidido tomar otras medidas de alimentación, también tenía otros pacientes donde sus dueños también buscaron otras alternativas para no dejar de alimentar a sus caninos, no solamente por la perrarina de cordero sino también por las perrarinas comunes de carne, pollo, vegetales, entre otras que sus costos se elevaron de una forma significativa. Su veterinario nos recomendó que Roxy comiera arroz con zanahoria, calabacín, auyama, entre otros vegetales en cantidades considerables, agregándoles proteínas como sardina bien sancochada o pollo y así fue, ahora mi peluda se tenía que adaptar a esta nueva alimentación.

Roxy siempre fue una perra de buen comer, aceptó su nueva dieta sin problemas y a pesar de que ya estaba en la tercera edad, ella siempre se mantuvo activa, juguetona y atenta, eso es algo que mi Roxy no cambiaba, nunca dejó de ser la protectora de su hogar y de nosotros, pues ella sabía que formaba parte de nuestra familia y a pesar de que Roxy ya tenía su edad, yo siempre la vi como mi niña, este sentimiento solo lo pueden comprender aquellos que han tenido una mascota desde muy temprana edad, pues para uno nunca crecen, de hecho mi peluda siempre conservó esa mirada de cachorra hasta sus últimos días, ¡Ay!, ese día que aún me cuesta entender.

Un 22 de mayo del presente año, Roxy partió al arcoíris, ¿cómo pasó?, realmente todo fue tan rápido que no lo pude creer, ella se encontraba bien, como siempre, hasta que un día decayó, mi papá que siempre ha conocido sus actitudes, hasta me atrevería decir que más que yo, él se dio cuenta de que algo le pasaba y que no andaba del todo bien, ¿qué hizo?, pues decidió llamar a un veterinario a domicilio, puesto que la persona que veía a mi Roxy no estaba en el país (su último control fue en diciembre y ese día si nos dijo que ella ya estaba mayor y era mejor que estuviésemos preparados, cosa que escuché, pero no le presté mayor atención, ya que mi peluda era muy activa a pesar de tener 14 años), ese veterinario le indicó a mi papá vía telefónica todo lo que tenía que hacer para que Roxy tuviese ánimo otra vez, mi papá le dio una pastilla para el malestar y esa noche mi peluda descansó sin problemas.

Al día siguiente Roxy estaba mejor, pero como mi papá y yo estábamos intranquilos, decidimos llamar el veterinario otra vez para que fuese a nuestra casa a verla y así fue, en la tarde el veterinario llegó a revisarla y notó que tenía temperatura, por lo que le inyectó un antibiótico para bajársela y algo para el dolor, ya que notó que le dolían sus patitas por el malestar que sentía, su diagnóstico como médico fue que Roxy tenía algo viral y debido a su edad (ya había cumplido 15 años), su recuperación sería lenta, por lo que teníamos que tener mucha paciencia, ese día el doctor nos dejó un tratamiento preparado por lo que me tocó a mí inyectarla (algo que aprendí cuando fui voluntaria de una misión de mascotas, pero lo adapté mejor con el médico) y mi papá se encargó de hacerle un consomé de pollo para que comiera y al día siguiente salió a comprar los medicamentos que el doctor le había recetado.

Pasaron los días y mi Roxy estaba más repuesta, se sentía mejor y mi papá y yo estábamos muy contentos, pero una noche volvió a decaer, no entendíamos por qué, así que decidimos llamar nuevamente al veterinario, él la volvió a revisar y como había vomitado la noche anterior, nos indicó una serie de exámenes porque ya no lo veía como algo viral sino como algo parasitario, eso nos asustó, así que al día siguiente a primera hora se le hizo el examen de sangre y el resultado arrojó que no tenía parásitos, allí nos preguntamos ¿Qué tiene Roxy?

Su tratamiento nunca paró, mi papá y yo continuábamos con él, pero ya mi Roxy no quería comer y eso fue algo que activó mi alarma, le hice una crema de pollo para dársela, pero al ver que no quería ni probarla, se la di con una jeringa, mi papá habló con el veterinario y él fue al día siguiente en horas de la noche para ponerle suero, nos comentó que Roxy era una perrita muy valiente y fuerte a pesar de su edad y que a medida de sus posibilidades iba a luchar con nosotros, eso es algo que nunca se perdió, tanto mi padre, el veterinario y yo dimos hasta lo último por mi peluda. Al día siguiente había que hacerle un examen más profundo, con eso sabríamos que era lo que sucedía en el organismo de Roxy, (ya que por el examen anterior no era nada referente a parásitos) y porque no se recuperaba del todo a pesar del tratamiento que seguía, mi papá y yo sospechamos que se trataba de algo peor y que el problema hepático era el protagonista de su padecimiento.

Esa mañana era la crucial, pero lo que nunca me imaginé fue que ese día Roxy me diría adiós, ese día no hubo chance de darle ningún medicamento ni de hacerle el examen, mi peluda estaba totalmente agotada, se notaba en sus ojos que tenía miedo por ser regañada, ya que cuando la vi estaba hecha caca, la cargué, la limpié y la puse en mis brazos, le dije que todo iba a estar bien y que no tuviese miedo que no la iba a regañar, en ese instante supe y tuve que aceptar que estaba muy mal, llamé a mi papá y él la acompañó junto conmigo, allí estuvimos los tres por un ratico, le dije llama al veterinario, no la veo bien, lo llamó y él nos dijo que Roxy estaba diciendo adiós y que teníamos que ser fuertes, escuchar eso hizo que mi corazón y toda yo quedara en estado de shock, mi peluda, mi amiga y compañera de años ya había cumplido su misión con nosotros, conmigo.

Allí estuvimos, junto a ella hasta su último aliento, yo la vi tan chiquita que lo único que pude soltar de mi boca fue un "gracias por todo mi Roxy, fuiste lo mejor que mi vida", la sujeté de su pata, me acerqué a ella y le dije, tranquila mi chiquita, si es tu momento no tengas miedo, yo estaré bien, estaremos bien, tu familia te ama y te recordará por siempre, sentí que entendió mis palabras, se fue tranquila y en paz, cerré sus ojitos y le di un beso, fue el día más difícil de mi vida, pero jamás me cuestioné, entendí que era su tiempo y que yo como su dueña hice lo mejor para darle una vida plena y yo sé que ella lo sabe, para mi siempre fue un ángel que llegó a mi vida a darme amor y ahora volvía al lugar de donde vino, pero con sus alitas oficiales.

El veterinario que la había visto esos días, lamentó muchísimo la pérdida y nos dijo que le hubiese gustado hacer más por ella, mi padre y yo le dimos las gracias por todo y que entendíamos que era parte de la vida aunque no dejara de ser doloroso había que aceptarlo. Mi Roxy fue cremada y sus cenizas las esparcí al mar, lo hice de esa forma porque será mi manera de mantenerme conectada con ella, pues el día que yo deje este mundo quiero que mi cuerpo lo incineren y ser lanzada al mar, yo sé que ese día ella me estará esperando, en el puente para reencontrarnos de nuevo y cruzar juntas el arcoíris. No me queda la menor duda que mi Roxy ahora descansa, está en su nube cuidando de su familia y jugando con Dios.

Agradezco a mi señor por darme la oportunidad de despedirme de ella, de darle ese último abrazo y beso, de darle ese último adiós... 

miércoles, 5 de junio de 2019

Serás mi rayito de luz peludo que me acompañará por SIEMPRE... (PARTE II)

Recuerdo la llegada de mi Roxy a mi hogar como si hubiese sido ayer, cuando ella pisó por primera vez con sus patitas el suelo de su nueva casa y como toda cachorra, se extrañó de aquel lugar completamente desconocido para ella; desde muy chiquita fue una perra astuta, inteligente y sobre todo muy curiosa, olfateó cada espacio, cada rincón, comenzó a ganar confianza y adentrarse a nuestra familia, tanto así que la primera travesura que hizo fue hacer pipí en mi cuarto y algo muy gracioso es que el primer ladrido de dominio se lo dio a mi papá, él como modo de juego le dijo ¡Ajaaaa!, no tienes tamaño Roxy para tus berrinches, mi mamá y yo reímos y desde ese instante, los tres nos dimos cuenta de que nuestra familia ya estaba completa.

Roxy pasó la noche conmigo en mi cuarto, duré levantándome aproximadamente tres veces en la madrugada (1, 3 y 5 am) durante 1 mes más o menos para darle de comer, perrarina sumergida en agua caliente era su alimento, como estaba muy chiquita, me tocó dársela poquito a poco, esto fue algo nuevo para las dos, ella se estaba acostumbrando a mí y yo a ella, sentir su calor era muy reconfortante para mí y saber que un ser tan chiquito dependía de mí me hizo reflexionar tanto de la vida y de como hay personas que no quieren a los animales, lastimosamente no todos les toca buenos amos y allí en mi espacio personal le prometí que siempre la querría y la cuidaría.

El tiempo iba pasando y cada día me sentía dichosa de tener a mi peluda compañera, cuando llegaba de clases le daba mi tiempo a Roxy, la alimentaba, jugaba con ella, la mimaba, en fin, le demostraba lo mucho que la quería, mi peluda como lo mencioné antes, era muy inteligente, al principio le daba miedo bajar escaleras y poco a poco fui enseñándole y ella aprendió, me di cuenta de que tenía carácter, pues a pesar de ser chiquita, demostraba su autoridad ante otros perros, eso siempre me causó gracia, ya que no se dejaba intimidar por peludos más grandes que ella. Una de las cosas que recuerdo con mucho amor es cuando entendió su nombre, al escuchar "Roxy" sabía que era con ella y no solo eso, tanto fue el cariño que le sentía mi familia y vecinos de la zona que hasta ganó apodos: Roseta, Roxiny, Motica, fueron algunos de ellos.

No solo despertó un cariño en la gente, también fue una rompecorazones, jejeje, Roxy tenía muchos admiradores perrunos, tanto así que venían a buscarla en casa, esa ha sido una de las anécdotas más graciosas de ella, aunque sus tremenduras también se ganan un lugar importante, cada espacio de mi hogar tiene algo especial que hizo mi peluda, al igual que los lugares que mayormente frecuentaba, ella tenía su lugar para dormir que era únicamente de ella, su mueble al cual celaba con locura y donde hacia sus necesidades, no había otro lugar que ese y aunque parezca mentira, el espacio antes mencionado, el lugar para dormir y pasar el rato, fueron escogidos por Roxy.

Un momento importante de mi peluda fue cuando tuvo la oportunidad de ser madre, fue tan excelente mamá que eso hizo que la quisiera aún más, sobre todo mi mamá que aunque le tenía aprecio, no era tan amorosa como lo éramos mi papá y yo con ella, el vínculo que Roxy logró con mi mamá al momento de parir (a pesar de que yo fui quien la ayudó a parir porque no quiso que se le acercara nadie más), despertó en mi madre un amor hacia Roxy, pues ella me dice que la vio tan entregada a sus cachorros que hizo que mi peluda le reviviera un momento especial de su infancia, cuando su querida perra Coca tuvo sus perritos, con lágrimas en los ojos me dijo que en definitiva los animales son seres maravillosos. 

Mi Roxy tuvo 4 hermosos perritos, 3 machos y 1 hembra, lamentablemente uno de los machos se nos fue antes de tiempo por complicaciones en el parto, ya que a pesar de que Roxy tuvo su control, los cachorros eran bastante grandes y aunque yo hice hasta lo imposible por salvarlo, no se pudo hacer más, eso nos entristeció como familia, pero para evitar que mi peluda se sintiera mal, seguimos adelante con ella, cuidándola y a sus cachorros también, hasta que tuvieron el tiempo suficiente para ser dados en adopción. Después de unos meses, Roxy fue esterilizada.

Los años fueron pasando y mi peluda presenció los momentos más hermosos vividos en la familia, los quince años de mi prima, mi graduación, tanto de bachiller como de la universidad, el nacimiento de mi sobrina, el de mi sobrino, nuestras navidades, viajes (conoció la tierra de mis padres), idas a la playa y muchos más, ella disfrutaba muchísimo estar con nosotros y de todas esas vivencias, aunque un día en algunas de las reuniones familiares nos dimos cuenta que se sentía mal, la llevamos al veterinario y descubrimos que tenía un problema hepático que era de nacimiento, no entendíamos mucho la situación, pero cumplimos con todas las orientaciones del veterinario, eso implicaba cambiarle la alimentación por una perrarina especial en esos casos, era de cordero y aunque costaba conseguirla por ser un producto importado y sobre todo costoso, esto no nos detuvo, Roxy merecía estar bien, pues para nosotros era un "miembro más de la familia".

Continuará...


martes, 4 de junio de 2019

Serás mi rayito de luz peludo que me acompañará por SIEMPRE... (PARTE I)

Esta es una historia que no puedo contar tan rápido, pues está llena de buenas anécdotas, la misma puedo definirla como una "montaña rusa", porque cuando decides montarte por primera vez, sientes algo nuevo dentro de ti, es una atracción que puedes disfrutarla, en ella puedes gritar o llorar de la emoción y a su vez sentir susto, ya que es algo desconocido que estás experimentando, digamos que es un cóctel de emociones que no sabes como explicar, esto mismo me pasó cuando una perrita a la que llamé "Roxy", llegó a mi vida.

Un día, siendo apenas una adolescente de solo 13 años y culminando mi etapa de liceista para  comenzar mi bachillerato, mi madre me comenta que ha tomado la decisión de separarse de mi padre, fue un choque bastante drástico para mí, ya que sabía que mi rumbo familiar tomaría un cambio radical, pero, maduramente, le comenté a ella que si creía que eso era lo mejor para su vida, la apoyaba, eran adultos y solamente ellos podrían conocer sus motivos de dicha separación, recuerdo que mi padre se acercó a mi y me dijo que pase lo que pase siempre iba a estar a mi lado, sin embargo, el vació se hacía notar, pues no era lo mismo, pasé a tener un hogar de tres a dos, donde solo éramos mi madre y yo. 

El tiempo pasó y llegó el mes de diciembre, un mes que se supone que es de unión familiar, ese día fue muy solitario para mí, a pesar de que me había ido de viaje a visitar a mi familia en los Andes, no dejaba de sentir ese vacío en mi corazón, tanto fue mi cambio emocional que al llegar a mi ciudad natal, Caracas, después de las vacaciones de diciembre, mi mamá decidió hacerme una cita con una psicóloga, ella le comentó a mi mamá que lo que estaba sintiendo era algo completamente normal debido a la decisión que había tomado con respecto a mi papá y que a pesar de yo haber tomado las cosas con calma, mis ánimos decían otra cosa.

La psicóloga me pidió que saliera de su consultorio, ya que quería hablar en privado con mi mamá, ella le dijo que lo mejor para mí en estos momentos es que tuviese una compañía... ¿Cuál?, le pregunto mi madre, pues lo más idóneo sería una mascota, ¿una mascota?.. ¡No doctora, eso es imposible!, vivimos en un apartamento pequeño y créame que los tiempos míos y de mi hija son complicados, una mascota requiere mucha dedicación y responsabilidad..., esa es la idea, Johanna debe mantener su mente ocupada y que mejor opción que esa; mi mamá se quedó un rato pensando y pensando y salió del consultorio de la psicóloga, yo, que la esperaba afuera, la noté distraída y le pregunté: ¿Qué paso, ocurre algo malo?, hablamos con calma en casa, me contestó.

Al llegar a casa, mi mamá me comentó todo lo que habló con la psicóloga detalladamente, yo a simple vista me impresioné muchísimo, mi madre siempre fue renuente con el hecho de tener mascotas y que aquella doctora la haya hecho recapacitar su decisión y quizás cambiar de parecer fue increíble, ese día lo tengo en mi memoria como si hubiese sido ayer, recuerdo que me miró a los ojos con dulzura y me preguntó... Hija, ¿te gustaría tener una mascota?, esa era mi oportunidad y obviamente le dije que si, sin pensarlo, ya que desde que tengo memoria me encantan los animales y de verdad añoraba tener una compañera a mi lado... Pues está bien, tendrás a tu perrita, esas palabras me tocaron el alma, la abracé y le dije ¡Gracias!

Pasó un año aproximadamente desde aquel momento que tuve esa conversación con mi mamá, estaba a punto de cumplir los 15 años, ya había dejado de ir al psicólogo, ella me dio de alta, pues me sentía emocionalmente mejor y estaba enfocada en la búsqueda de mi mascota "ideal", yo quería una raza grande, un "Golden Retriever", pero debido al espacio de mi hogar, desistí y comencé a buscar en Internet razas de perros pequeños y me llamó la atención los "Poodles o Caniches", como se les conocen en otras partes del mundo... ¡Esa es la que quiero!, le dije a mi mamá y ella como ya había accedido a tener un nuevo miembro en nuestra familia me dijo, ¡Perfecto!, hablaré con tu papá sobre la decisión que tomaste.

Mi padre siempre estuvo de acuerdo en tener una mascota en casa, pues sabía lo mucho que me gustaban los animales y no tenía duda de que yo sabría como cuidar a un perro, al tener la conversación con mi mamá sobre mi decisión, él ese día se encontraba en el mercado y precisamente conversó con una señora y como si fuesen cosas de Dios, tenía en estado una perrita de la raza que había elegido, enseguida contactó nuevamente a la señora para preguntarle cuando daría a luz esa perrita, ella le dijo que para mediados del mes de abril, en ese momento nos encontrábamos en el mes de febrero.

Pasaron los meses y mi papá me llama para decirme que mi futura mascota había nacido, la emoción que sentí en ese momento fue inexplicable, fue un 18 de abril del año 2004, que había nacido mi Roxy, esa peludita que quería tener en mi vida cuanto antes, la señora le indicó que había que esperar un mes para darme a la perrita, pero mi ansiedad fue tanta que me la dieron en 22 días, recuerdo que fue un sábado que fui a buscarla en una plaza muy conocida en mi ciudad, fui con mi madre y allí estaba ella, toda dormidita y a su lado estaba su hermana, una "poodle blanca" que me miraba con ojitos tiernos, pero mi enfoque siempre fue su hermana la "poodle negra".

Ese día fue mágico porque puedo decir con total sinceridad que mi Roxy me escogió como su dueña, pues al momento de cargar a la perrita negra no la sentí como mía, como mi chiquita y fue allí que en el momento que Roxy, esa "poodle blanca" me miró, sentí una conexión que no puedo explicar, decidí dejarme llevar por lo que sentí y la cargué, en ese momento, un rayo de luz reflejó en sus ojos y me enamoraron, eran grises, le dije a mi mamá, ella, ella es la que quiero, esa combinación de motica de algodón, naricita rosada y ojos grises fueron el gancho perfecto, mi Roxy era una cachorra con una belleza única y aunque su hermana era preciosa, sencillamente no sentí ese vínculo especial; allí entendí que Roxy me eligió, eligió estar conmigo y con nadie más... Y fue a partir de ese día que la historia con Roxy comenzó.

La señora me explicó como cuidarla y alimentarla, ya que aún estaba muy chiquita, le presté mucha atención y cuando terminó de explicarme todo mi mamá y yo nos fuimos con Roxy en mis brazos, fuimos directamente a la casa de mi abuela, donde se encontraba viviendo mi papá, él al verla su primera impresión fue "la despintaron", todos nos reímos y le dije no, ella es nuestra Roxy, ella fue la perrita que mi Dios puso en mi camino para mí. Esa noche fuimos a casa los cuatro, mi papá, mi mamá, Roxy y yo, como todos nos comprometimos a cuidarla, mi padre se quedó varios días en casa y durante ese tiempo, mi mamá y él hablaron muchísimo y decidieron darse otra oportunidad, allí pensé que en definitiva Roxy llegó a mi hogar para llenarlo de unión y felicidad...

Continuará...

jueves, 9 de marzo de 2017

Después de mucho esfuerzo soy "Comunicadora Social" y... ¿AHORA?

Sin lugar a dudas, fueron 5 años de estudio bastantes fuertes y realmente es así, todas las carreras tienen un gran sacrificio, pero durante todo este proceso es ahí donde te das cuenta si realmente naciste para "esa profesión" que decidiste ejercer, en mi particular como lo dije en mis otras entradas, siempre me llamó la atención el área comunicacional, como decían mis padres "hablas hasta por los codos, serías una buena comunicadora", digamos que desde muy pequeña tenía la "semilla periodística".

No me quejo en absoluto, ni me arrepiento de pertenecer a esta maravillosa profesión, pero lo que realmente sí me parece injusto es que 5 años sean pocos valorados en el ámbito profesional y lo digo con base, pues para mí fue un poco difícil ejercer la profesión "recién graduada", pues en la mayoría de las entrevistas a las que iba me veían con cara de asombro, pues no era de esperarse, tenía 21 años, era una "pichón" en el buen sentido de la palabra.

Unas de las cosas que recuerdo es a la primera entrevista que fui, en un medio bastante conocido que por ética profesional no nombraré en este texto, la encargada de entrevistarme me miró con cara anonadada y me dijo: ¿De verdad eres graduada?, le dije: Ahí tienes toda mi documentación, no tendría por qué mentirle, en ese instante no supe como tomar su reacción, si como un halago por ver que una chica haya terminado su carrera tan joven o como un "desprecio" hacia el gremio periodístico y es ahí donde viene la siguiente interrogante ¿Será que lo tomarían a uno en cuenta si te gradúas a los 30?

El otro punto importante es el siguiente: apenas recibes tu título que te acredita como un profesional, sales como flash, con todos los ánimos de "comerte el mundo" y de ser el "mejor" en tu carrera, son deseos estupendos que desea cualquier joven, pero enseguida el globo de las ilusiones se desinfla cuando ves el mundo que te rodea, ¿Qué exigen los medios?: 

1.- Tengas mínimo 2 años de experiencia en el área (cosa que es ilógica), pues... ¿Qué experiencia puedes tener si apenas sales del cascarón?, sin contar que en muchas compañías no aceptan las "pasantías" como parte de la experiencia.

2.- La ejecución de diversas labores por un "solo sueldo" (que en muchos casos no se adapta a la economía actual y muchos menos a lo profesional), debes ser: Redactor, Reportero, Fotógrafo, Editor, Community Manager, en fin lo que te pongan a hacer.

3.- Y finalmente y no menos importante es que si anteriormente no has tenido "nada de experiencia", pues ¿Qué te toca hacer?, tristemente cualquier tipo de función que no tenga nada que ver con tu carrera, ya que de esta manera podrás ir escalando hasta llegar a ejercer tu profesión.

Hay que reconocer que algunos de los colegas llegan a tener suerte, pues enseguida que se gradúan ejercen la carrera, pero hay otros que lamentablemente pasan los años y no lo han ejercido ni la primera vez, en mi caso si la he ejercido y ha sido una experiencia bastante gratificante, de verdad no tengo quejas de ello.

Con estas palabras no tengo la intención de caer en ningún tipo de polémicas, pues simplemente estoy dando un punto de vista factible que sé que la mayoría de mis colegas compartirán, hay que recordar que el ser "Periodista" es algo maravilloso, pues somos los responsables de darle a conocer al mundo todo lo que acontece en el día a día y por ello "TODOS" deseamos que nuestra carrera sea valorada en todos los aspectos posibles.

TODO PROFESIONAL MERECE SER TRATADO CON RESPETO Y EQUIDAD.